Editorial. Poder, imbecilidad y claudicación. JHP

 Poder, imbecilidad y claudicación

                                                             Pintura del Museo Ruso de Málaga


Estos días estoy consternado con la situación política actual derivada del acuerdo Sánchez-Independentistas. Por ello me sumergí en diferentes lecturas periodísticas  sobre esta cuestión de las que extraje algunas ideas que más adelante trato de exponer.

He apoyado desde siempre las leyes impulsadas por el bloque progresista en España y he disentido de base con los conservadores que se opusieron a tantos avances de la sociedad como la implantación de medidas de progreso e igualdad y defensa de los más humildes en nuestro país. Paradójicamente ahora y en estas circunstancias (y no sé si por los mismos motivos) me veo coincidiendo con ellos en las críticas a Sánchez y su entorno. Pienso que el afán de poder del presidente en funciones ha trastocado a todo el país por sus acciones y va a pasar una importante factura a un partido como el PSOE tan necesario en nuestra sociedad. Por momentos dudo que el partido que actualmente lidera Sánchez sea el mismo PSOE que el de décadas pasadas. 

 

El logro, el poder, es una de las motivaciones sociales básicas.  Para algunos se trata de una necesidad permanente de estar en lo más alto, de tener relevancia. Es como una adicción sin drogas. Una adicción que en algunos casos puede asemejarse a las personas enganchadas al juego o al sexo. Al igual que en éstas, la motivación no es tanto la recompensa sino el mantenimiento y el proceso. El poder llama al poder y cuando se consigue algo, se quiere más. 

El poder genera mucha adicción porque hace sentir omnipotencia, pero cada persona tiene su propia forma de expresarlo. Hay dos rasgos de personalidad muy característicos que se asocian con esta ambición: la narcisista y la paranoide, entendida esta última como o estás conmigo o contra mí.  Los que tienen adicción al poder piensan que todo gira en torno a ellos y que pueden hacer lo que quieran sin rendir cuentas a nadie, ni siquiera a los de su propio bando o a los que los han votado. En ocasiones esto lleva a tener un comportamiento antidemocrático. Hay veces en las que se pierde el rumbo y hasta la referencia de los propios de su entorno.

 

Uno de los puntos básicos en las adicciones es que la persona no reconoce su problema. No se da cuenta. Sólo cuando sus allegados son capaces de verlo y de ponerle los pies en la tierra, puede aceptar la realidad. 

Las personas con adicción al poder, al igual que en otras, no sólo no reconocen el problema, sino que toda su vida gira en torno a conseguir ese poder, con pensamientos obsesivos -que no una obsesión- y con tendencia al aislamiento. 

La adicción al poder sería, por tanto, una ambición desmedida, aunque tener ambición en la vida no siempre es malo sino, a veces, todo lo contrario. Se trata de un elemento positivo en las personas, siempre y cuando esté bien definida por principios y por fines, y se empleen las metodologías adecuadas para conseguir esos objetivos.

 

Tener ambición puede ser favorable para la adaptación del ser humano. Sin embargo, cuando esa ambición está mal definida y está basada en el egoísmo y en el beneficio propio, se vuelve perjudicial. Esta ambición es positiva cuando sirve para crecer, pero cuando se pierde el miedo a pasar ciertos límites, cuando quieres más de lo que tienes o de lo que los ciudadanos te han concedido o te vuelves deshonesto o incoherente y rompes con los principios que te llevaron a la política, entonces la gente pierde la confianza en ti. Y ese elemento es uno de los motivos principales por el que la gente deja de creer en un político o en un partido. 

 

Generalmente el ansia de poder, como cualquier emoción, aparece cuando está en tu horizonte la posibilidad de alcanzarlo. 

Con motivo de una campaña electoral, un psiquiatra (De la Gándara) utilizó una palabra para aludir a una virtud que deberían poseer los políticos electos: 'Intelegancia', derivada de la unión de inteligencia y elegancia. Inteligencia entendida como la facultad de leer hacia dentro de uno mismo, de pensar, reflexionar y comprender lo que hemos percibido del exterior. Y elegancia como la capacidad de saber elegir lo más correcto en cada momento. "Los buenos políticos serían aquellos que son inteligentes y elegantes. Es decir, quienes saben decidir adecuadamente en cualquier momento lo mejor en beneficio para la sociedad.

 

Pedro Sánchez y su grupo cercano han perdido esa “intelegancia” y ha transmutado principios básicos de la historia de su propio partido.

 

Sánchez y su grupo, al igual que Sumar, han decidido por el afán de poder, rendir pleitesía a un golpista prófugo de la derecha radical supremacista que, cuando estaba al frente de un gobierno autonómico, violó la Constitución, el Estatut, el reglamento del Parlament, los derechos de la oposición y de los ciudadanos, desvió fondos para organizar un referéndum ilegal, flirteó con Rusia, generó una fractura social, produjo la marcha de miles de empresas de Cataluña y declaró la independencia. Para evitar las consecuencias penales huyó en un maletero a Bélgica, desde donde lleva años diciendo que España no es una democracia y que el referéndum ilegal del 1 de octubre posee legitimidad. 

Con el acuerdo “estratégico” con Puigdemont y otros independentistas (que será como lo defenderán a este acuerdo), desprecian el Estado de derecho, la separación de poderes y la igualdad de los ciudadanos. El delito se borra sin que haya una demanda mayoritaria o un consenso social, y sin que aparezca en el programa electoral del PSOE y de Sumar. El afán de poder está por encima de la ley: todo vale para alejar a la oposición de la opción de gobernar. Temen y niegan una nueva confrontación electoral. Hablan del bien de España y solo parece ser el interés de Pedro Sánchez y sus asociados.

 

 Se habla también de concordia y se promete amnistiar a acusados de violencia; se habla de concordia y quienes quebraron la ley no renuncian a los fines ni a los medios; se habla de concordia, pero la Generalitat detuvo la vacunación de policías y guardia civiles; se habla de concordia mientras se deslegitima nuestra democracia; se habla de concordia y se humilla a los funcionarios que defendieron la ley y a los ciudadanos cuyos derechos fueron agredidos; se habla de concordia y se franquea el camino para nuevos atropellos.

Sánchez ha destruido las posibilidades futuras del PSOE, ha impulsado a los independentistas y a los grupos de extrema derecha neonazi “reviviéndoles” cuando estaban en un progresivo letargo.

 

La ciudadanía no lo olvidará aunque más adelante para compensar esta realidad, Sánchez y Sumar tiren de políticas populistas e irresponsables con afán de “recuperar” a  sus decepcionados y frustrados votantes.

 

Hay que manifestarse contra esta ignominia dentro de la ley y la serenidad de un pueblo democrático rechazando estos acuerdos y procurando que otros agazapados enemigos de la democracia como son los grupos ultras violentos de extrema derecha y los oportunistas retrógrados de la sociedad aprovechen estos momentos de incertidumbre y crisis para avanzar con sus objetivos. 

Pero a pesar de lo expuesto antes debo afirmar que esto no solo es un problema de adicción al poder de carácter individual, sino una manifestación más del populismo que nos amenaza y de las desviaciones de una seudo izquierda post moderna woke que ha olvidado los principios a los que hay que ajustarse para seguir por el camino del progreso y de la igualdad social. Esta forma de hacer política está muy extendida en las sociedades del mundo y deseo que pronto desaparezcan.

 

La historia de la humanidad está llena de violencia, atropellos y extremas desigualdades. Las conductas grupales ya sean de países, territorios, etnias, etcétera, están cimentadas en luchas por el poder con motivaciones tribales, religiosas, ideológicas, económicas y en ocasiones por otros aspectos coyunturales pero relacionados con lo anterior.

Esas conductas traen situaciones muy dolorosas para la vida de las personas y en algunos periodos, estos se prolongan mucho tiempo. Algunos piensan que el progreso es solo producto de la lucha de clases, pero olvidan que allí también aflora la maldad y la imbecilidad.

Estos dos componentes destacados (la maldad y la imbecilidad) modulan la historia humana y a veces están fusionadas o con mayor predominio una de la otra. El estudio de la maldad puede hacerse desde diferentes puntos de vista y como soy solo un ciudadano “de a pie” os invito a observar superficialmente este tema en el enlace que os adjunto sobre el mal. (https://es.wikipedia.org/wiki/Mal).

 

La imbecilidad es otra cuestión, y está extendidísima en la sociedad y a lo largo de la historia. 

Imbécil  (del latín “imbecillis”: 'débil', 'enfermo', 'pusilánime') es sinónimo de tonto o falto de inteligencia. Además para personas que padecen de imbecilidad, pueden aplicarse coloquialmente los términos idiota, estúpido y otros epítetos referidos a la necedad humana.

Ortega y Gasset decía: «Ser de la izquierda es, como ser de la derecha, una de las infinitas maneras que el hombre puede elegir para ser un imbécil: ambas, en efecto, son formas de la hemiplejía moral». Aunque no comparto totalmente esa aseveración, sí considero que tanto en la izquierda como en la derecha hay con frecuencia un nutrido número de imbéciles que a veces matizan su comportamiento con ignorancia, con maldad y con muchas ansias de poder.

 

A pesar de todo lo que acabo de decir, comparto la conclusión de Steven Pinker que la humanidad está ahora mejor que en siglos precedentes. (Véase obra de Pinker titulada “Los ángeles que llevamos dentro”).

Cualquiera que lea la afirmación anterior lo pondrá en duda al ver el presente conmocionado por el brutal conflicto entre Israel y Palestina, la guerra de Ucrania, otras guerras en África u otras manifestaciones que hacen peligrar la democracia y el estado de derecho como es el caso de la amnistía a los delitos del procés o el riesgo en Argentina de un candidato a dirigir aquel país como es el caso de Javier Milei. Respecto a este último punto, leí en estos días una carta de apoyo a Milei firmada por Vargas Llosa, Mariano Rajoy, el músico Calamaro y otros, que jalonan ejemplos del disparate y la idiotez humana.

 

En todos estos asuntos están presentes la maldad, la imbecilidad, el afán de poder y también la ignorancia como elementos importantes en la etiología de esos procesos. Los tribalismos, los patriotismos y los intereses de sectores de la sociedad, completan los ingredientes para los sufrimientos de gran parte de la humanidad.

 

De cada uno de esos ejemplos se podría escribir mucho pero lo resumiré por tres motivos. El primero que solo soy un común ciudadano sin formación específica en esas temáticas pero sí muy preocupado e impotente por lo que ocurre en el mundo. Segundo, por que se ha instaurado un mal en la ciudadanía, que se manifiesta en que pocos leen y si leen, los textos tienen que ser breves. Hoy se prefiere ver en pantallas opiniones cortas y elaboradas a gusto del consumidor. En tercer lugar, es que solo pretendo compartir ideas sobre estos asuntos para dialogar y sobre todo actuar en la medida que cada uno pueda. Esta actuación debe hacerse con paciencia, pero de forma constante involucrando a personas de nuestro entorno. Cuantos más seamos los que sintamos la necesidad de influir en los políticos, lograremos quizás cambiar lo que nos disgusta del mundo en el que vivimos.

 

Como las problemáticas que nos afligen son muchas, antes ya hice referencia a la claudicación de Sánchez ante los independentistas. Ahora solo me referiré a otro drama que está viviendo la humanidad como es el conflicto israelí-palestino.

 

De forma sucinta, casi telegráfica, creo que en el conflicto Israel-Palestino están presentes los siguientes elementos:

1)  La creación del estado de Israel fue una necesidad y una salida humanitaria tras el horroroso holocausto que sufrió la comunidad judía durante la segunda guerra mundial. Además, previo a este acontecimiento, este pueblo había sufrido múltiples persecuciones a lo largo de la historia. Por ello pienso que el estado de Israel debe existir y más aún si conserva las instituciones democráticas y el funcionamiento de un estado de derecho como lo ha demostrado hasta épocas recientes. En los últimos tiempos ese sistema democrático ha estado y está amenazado por corrientes de extrema derecha y ultra ortodoxos liderados por el actual primer ministro Netanyahu.

2)  El estado de Israel se implantó en territorio que ocupaban desde siglos atrás el pueblo palestino.  Allí comienza el desplazamiento geográfico de este pueblo y ya desde el año 1948 varias generaciones palestinas han vivido desplazados y en campamentos de refugiados en oriente próximo. No acaba allí el problema, ya que Israel desarrolló una política expansionista en territorio palestino sin la aprobación de las Naciones Unidas. Y lo sigue realizando, a través de colonos armados y apoyados por el gobierno israelí dejando aún menos espacio territorial para el pueblo palestino. Las Naciones Unidas condenan este avance territorial israelí pero este país cuenta con el apoyo incondicional de Estados Unidos de Norteamérica y mantiene esa política expansionista sin rectificar.

3)  Por intereses geoestratégicos, distinta cosmovisión ideológica-religiosa y errores políticos diversos, se han producido desde el año 1948 diversos enfrentamientos con países árabes de la zona que quieren la desaparición del estado de Israel o la detención de su conducta anexionista. Los años y los múltiples conflictos violentos entre judíos y árabes- palestinos ha producido un espiral creciente e imparable de odios y desconfianzas mutuas, aderezados por intereses de todo tipo (económicos, geo-estratégicos, religiosos, racistas y de miedo a la desaparición de uno u otro de los contendientes). En ese marco de odio, rencores y sed de venganza por los agravios sufridos han surgido formas de terrorismo tanto clásico como de estado.

4)  Ese odio terrorista es lo que se ha manifestado en esas acciones salvajes, inhumanas  y repudiables del ataque de Hamás del 7 de octubre de este año. Ante esa barbarie, Israel reacciona a través de su ministro Netanyahu con una barbarie similar pero de estado, ya que ataca a toda una población civil con bombas y sitiándolas en un espacio reducido sin agua, alimentos ni servicios sanitarios. Cualquier persona sensata en el mundo sabe que a unos terroristas no se los vence atacando a toda la población desde donde han surgido esos terroristas. Es otro tipo de lucha la que los vencerá. Están las acciones selectivas, las de “inteligencia”, las que muestren a la población que ese no es el camino y sobre todo cesando en los agravios y expolios territoriales y colaborando en la mejora de las condiciones de vida de ese pueblo castigado. El odio y la sed de venganza no es propia de un estado de derecho ni tampoco la acción indiscriminada sobre una población civil desprotegida donde las principales víctimas son niños.

5)  No es nada fácil resolver este problema, pero sin duda lo que no lo facilitará es la política actual de destrucción total de ciudades y de comunidades. Por cada muerto o víctima de los ataques actuales solo se está favoreciendo el apoyo y el crecimiento del terrorismo ya que se ve como la única salida de ese infierno.

6)  Humildemente pienso que la solución a este conflicto tardará mucho tiempo, quizás décadas y dependerá del fortalecimiento de opciones tanto en Israel como en los países árabes-palestinos de dirigentes políticos moderados, de vocación democrática, colaboradora y reparadora. Para ello Estados Unidos e Irán deberán cambiar sus políticas y no usar a estos pueblos, tanto al palestino como al israelí, como pretexto para dirimir sus propias diferencias.

7)  Israel deberá modificar sustancialmente su política expansionista territorial ya que sino quedará aislado del mundo y la gran empatía que se vivió tras la segunda guerra mundial hacia el pueblo judío, entrará en una fase regresiva. 

8)  Es importantísimo diferenciar anti semitismo de anti gobierno de Israel-Netanyaou o similar. El antisemitismo es una aberración repudiable que convierte al que lo practica en una bestia violenta e ignorante. Sin embargo el oponerse a la política de un estado anexionista y expansionista que no contempla la situación de su pueblo vecino, es otra cosa totalmente diferente. Y ahí es donde entra la política y no las creencias, los dogmas o la siempre presente maldad e imbecilidad humana.

  

Bueno, queridos amigos, seguramente muchos no estaréis de acuerdo con algunas afirmaciones de este escrito borrador. Pero la finalidad de compartirlo ha estado motivada por la idea de invitar a pensar sobre estos temas, posicionarnos sin visceralidad y entre todos buscar soluciones a este periodo tan difícil en el que estamos abocados. Amigos con los que comparto muchos análisis y valores, se que están en desacuerdo con mis pensamientos, pero desde una postura honesta y fraternal se también que superaremos nuestras discrepancias con el diálogo.

Dado nuestro presente comparto con vosotros estos breves poemas de Wislawa Szymborska y una columna de Manuel Vicent. También unos minutos de música de Nino Rota (Amarcord) ya que sugieren relajación, nostalgia y quizás esperanza.

Un abrazo a todos. Cuidaos mucho y ojalá salgamos pronto de esta coyuntura tan crítica tanto en España como en el mundo.

José Herrera Peral

** Nota: Sobre el tema que hoy escribí de la política del presidente Sánchez, aconsejo también la lectura del artículo publicado por Cebrián y que comparto en Sinapsis. Se titula "Disculpa a la traición; premio a la culpa".

                                                        ***

Wislawa Szymborska

 

VIETNAM *(* pero podría ser cualquier guerra, Palestina, Ucrania...)

 

Mujer, ¿cómo te llamas? -No sé.
¿Cuándo naciste, de dónde eres? -No sé.
¿Por qué cavaste esta madriguera? -No sé.
¿Desde cuándo te escondes? -No sé.
¿Por qué me mordiste el dedo corazón? -No sé.
¿Sabes que no te vamos a hacer nada? -No sé.
¿A favor de quién estás? -No sé.
Estamos en guerra, tienes que elegir. -No sé.
¿Existe todavía tu aldea? -No sé.
¿Éstos son tus hijos? -Sí.

 

 

Fin y principio

 

Después de cada guerra
alguien tiene que limpiar.
No se van a ordenar solas las cosas,
digo yo.

Alguien debe echar los escombros
a la cuneta
para que puedan pasar
los carros llenos de cadáveres.

Alguien debe meterse
entre el barro, las cenizas,
los muelles de los sofás,
las astillas de cristal
y los trapos sangrientos.

Alguien tiene que arrastrar una viga
para apuntalar un muro,
alguien poner un vidrio en la ventana
y la puerta en sus goznes.

Eso de fotogénico tiene poco
y requiere años.
Todas las cámaras se han ido ya
a otra guerra.

A reconstruir puentes
y estaciones de nuevo.
Las mangas quedarán hechas jirones
de tanto arremangarse.

Alguien con la escoba en las manos
recordará todavía cómo fue.
Alguien escuchará
asintiendo con la cabeza en su sitio.
Pero a su alrededor
empezará a haber algunos
a quienes les aburra.

Todavía habrá quien a veces
encuentre entre hierbajos
argumentos mordidos por la herrumbre,
y los lleve al montón de la basura.

Aquellos que sabían
de qué iba aquí la cosa
tendrán que dejar su lugar
a los que saben poco.
Y menos que poco.
E incluso prácticamente nada.

En la hierba que cubra
causas y consecuencias
seguro que habrá alguien tumbado,
con una espiga entre los dientes,
mirando las nubes.

Traducción de Abel A. Murcia

 

LAS TRES PALABRAS MÁS EXTRAÑAS

 

Cuando pronuncio la palabra Futuro,
la primera sílaba pertenece ya al pasado.

Cuando pronuncio la palabra Silencio,
lo destruyo.

Cuando pronuncio la palabra Nada,
creo algo que no cabe en ninguna no-existencia.

 

                                       ***


La palanca

 

  • MANUEL VICENT

 

El maestro le dijo: si en algún momento de tu vida has sido muy feliz, debes guardar esa sensación como un tesoro en tu memoria porque un día lo vas a necesitar. Cuando creas que el embozo del edredón, subido hasta la barbilla, es la última barricada que te queda y no encuentres un resquicio de luz al fondo del túnel por el que valga la pena levantarte de la cama; cuando pienses que no es necesario seguir viviendo porque ya lo has visto todo, lo has hecho todo, has conocido a todas las personas que te tocaba conocer, inteligentes e idiotas, y que la parte más bella y dulce de tu vida ha quedado atrás para siempre, entonces recuerda alguno de los momentos en que fuiste muy feliz y apoya tu memoria, como una palanca, en esa sensación para salir del túnel y seguir adelante sabiendo que a la vuelta de la esquina te espera un nuevo placer desconocido. Así hablaba el maestro. 

Te preguntarás para qué se tiene uno que levantar de la cama si fuera se está produciendo un espantoso genocidio, la muerte de inocentes servida como espectáculo con todo detalle. Al final esa masacre también destruirá tu alma. Te preguntarás si puedes perder un minuto de tu vida siguiendo los enredos de la política y participar en el odio y la irresponsabilidad que los políticos usan de argamasa en sus tratos. Solo aquellos días felices te servirán de consuelo. Piensa en La Primavera de Botticelli que viste en el primer viaje a Italia, sorbe una y otra vez algún verso de Garcilaso, de Keats o de Hölderlin como un licor, recuerda aquella sobremesa con los amigos en la cala de Ibiza, recupera el viento de sal que te daba en la cara cuando a los 20 años ibas en la motocicleta a la playa con aquella chica a la espalda. Sin duda el maestro ignoraba que la felicidad produce a veces una profunda desolación. El discípulo pensó en aquello que le decía el maestro y de pronto comenzó a llorar.

(Publicada en El País)


                                                                              ***

Música de Nino Rota para Amarcord de Fellini.

https://open.spotify.com/track/4jyGWHjP5OO91Wjk4qqwZP?si=76c87d35a37d45e6

Comentarios

  1. Muy buenas tus reflexiones sobre lo q atravesamos HOY y de tan difícil pronóstico por el Egoísmo de nuestros líderes, por aparte hermosos versos y terribles Vietnam realista y La Palanca para releer🤷‍♂️

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