Escritos breves durante el "desconfinamiento". F. Soriguer



"En los 60 queríamos ser felices, en los 80 ricos, en los 90 sanos, en el 2000, felices, ricos y sanos. Hoy nos conformamos con no llevar mascarilla"



¿Hay vida después del confinamiento? 

Federico Soriguer Escofet. Academia Malagueña de Ciencias

En el enlace de arriba se podrán encontrar una serie de entradas que bajo el título “CACHITOS DESCONFINADOS” ha escrito el académico Federico Soriguer. Las entregas de las que consta esta serie se publicaron en este Blog de la Academia Malagueña de Ciencias, los domingos y los miércoles de las pasadas semanas. A lo largo de ellas el autor fue desgranando, unas veces con humor e ironía y otras con punzante acidez, pero siempre de manera desordenada, la vida cotidiana de un desconfinado.

A continuación solo transcribo algunas de ellas pero os aconsejo pinchando en el enlace leerlas a todas de forma cronológica.

1

 

Claves para seguir leyendo:


1a. Soy consciente de que el titulo de esta nueva entrada en el Blog de la AMC, es poco serio. Yo jamás leería un texto que llevara un título como este (remedando a Marx, ya saben).


1b. Desde Friburgo, Ana Díez de Aritzakera escribe en un diario de tirada nacional: “En tiempo de crisis los inteligentes buscan soluciones, los idiotas culpables”. Por supuesto, el autor pertenece al primer grupo (sic). Pero, por si acaso y para no defraudarles… y…


1c. En las líneas que siguen no encontrarán ni soluciones ni culpables, sino todo lo contrario. Solo aspiro a no aumentar el ruido.

 

2

 

El profesor Husserl ha suspendido sus clases hasta que tenga claro lo que tiene que decir”. Esta nota apareció un día colgada en la puerta de la clase del profesor Edmund Husserl. Siempre he intentado aplicar este sabio consejo al comienzo de cualquier empeño, pero por alguna extraña razón no suelo hacerle caso nunca.

 

3

Salvo las personas con TOC (recuerden a TOC, TOC), los demás acostumbramos a cambiar de conversación. Entrar y salir en el confinamiento cambiando de conversación, es lo que pretenden estos “cachitos”. Como la vida misma.

 

4

Siempre hemos sabido que la salud es una etapa transitoria que no presagia nada bueno. Ser escrupuloso era, hasta ayer mismo, de mala educación. Ahora, por imperativo legal, es la moda. Me miro al espejo y mis ganas de desconfinamiento menguan.

 

5

Pijo, persona que quiere distinguirse de los otros. Hay pijos ricos y pijos pobres. Los pijos ricos se manifiestan pidiendo libertad. ¿Libertad para qué? Una pregunta prohibida, por culpa de Lenin que en mala hora se la hizo, desprestigiándola para siempre. Lo pijos pobres hacen colas en los comedores de caridad. Pijos ricos, pijos pobres. Dos términos de una ecuación irresoluble. Los pijos ricos tienen prisa. Los pijos pobres, esperan. ¿Hasta cuándo soportarán los pijos pobres a los pijos ricos?

 

6

El último día del confinamiento, un brillante académico, fumador y vitalista empedernido, se cae por las escaleras y se parte algún hueso. Muy a su pesar, comienza hoy de nuevo un obligado confinamiento. “Ya te dije que el tabaco mata”, le escribo. Me contesta con un icono que no puedo reproducir.

 

7

En el whatsapp familiar dos sobrinos se enzarzan en una discusión política interminable. Un tercero les manda un video con el tango de Carlos Gardel: “Silencio”. (Silencio en la noche/Ya todo está en calma/El músculo duerme/La ambición descansa…), ya saben como sigue. Los sobrinos al menos por esta noche dejan de buscar culpables y se callan.

 

8

En pleno confinamiento mi hija que vive en Madrid deja el trabajo pues no aguanta el estilo de sus jefes. Sin pensarlo dos veces ha ido a la perrera y acogido a un perro. Por teléfono le pregunto, preocupado por ambas cosas. Su respuesta: “entre mi jefe y el perro, prefiero el perro”. Mi hija no sabe que algo parecido ya lo dijo Lord Bayron, aristócrata y libertino, aunque otros se remontan a Diógenes ese personaje solitario, andrajoso y pobre, que iba siempre acompañado de un perro flaco con el que convivía en una tinaja. Diógenes no escribió ni una palabra en su vida ni le hizo falta para que supiéramos la opinión que tenia de los jefes y los perros. Afortunadamente mi hija ha encontrado otro trabajo y otro jefe.

 

9

La última es coleccionar videos de la extrema derecha. Están por todas partes. Es un arte al que los frikis han llegado a la perfección. La izquierda intenta emularlos, pero sus productos no tienen ni comparación. Mientras, el país se desmorona.

 

10

¿Me reconocerá mi nieto cuando acabe el confinamiento? Hoy me manda por whatsapp un mensaje de voz en el que, con acento koska-paleño, me dice: “pero abuelo ¿cómo no te voy a dar un abrazo cuando te vea, es que estas tonto o qué?”. Sí, el abuelo está un poco tonto.

 

11

En una placa de acero, un nombre en cada tronco. Con el paso de los años a medida que crece el árbol va engullendo la placa. Hoy hemos decidido añadirle un poema a cada nombre para que los acompañe en ese viaje al centro del Universo.

 

“Entre mi jefe y el perro, prefiero el perro

*Publicado el domingo 24/05/2020

 

2ª PARTE

 

12

 

Mientras las panaderías estén abiertas bajo las bombas, la civilización universal estará a salvo”, escribió Manuel Vicent. Proteo está cerrado pero,  por teléfono un mensajero me envía el libro que quería. También la panadería está abierta. La vida sigue menos para los muertos. Demasiados muertos.

 

13

El virus lo único que ha hecho es acelerar el futuro, dicen los que saben del futuro. Un futuro virtual. Pues me alegro por mis nietos. Yo, mientras tanto, me dedicaré a disfrutar del presente.

 14

Hace 7 años que me jubilé. Anoche abrí una preciosa botella de cerámica con vino de los montes  que me había regalado un paciente. De la botella salió un genio. Nos saludamos y sin mediar palabra se sentó a mi lado. Brindamos por el presente. Después salió por la puerta,  sigiloso. Ni las golondrinas que crían a la entrada de mi casa se han enterado.  He debido  soñarlo.

 

15

A Juan Madrid el escritor malagueño de novela negra le dieron el premio anual del Diario Sur. En su discurso de agradecimiento contó  que su infancia era el recuerdo de un viaje a Madrid,  en un tren de tercera, con un bocadillo de tortilla envuelta en un periódico SUR y un botellín de cerveza Victoria. Ya no hay trenes de tercera. Tampoco mascarillas. Hemos progresado bastante.

 

16

Mis amigos de Nereo me pasan un video en el que entrevistan a Antonio Escohotado,  “El capitalismo tiene mala prensa pero el comunismo no”, dice. Insiste: “¿A que nadie les ha contado que murieron 30 millones de personas de hambre en la antigua URSS?” Pues sí don Antonio, que sí nos lo han contado.  ¡Muuuchas veces!  Al parecer en el franquismo no le enseñaron a mi admirado Escohotado suficiente anticomunismo. Acaba de descubrirlo él solo, dice. Debió ser el único que no se enteró.  Se ve que no leyó el ABC de la época ni asistió a las clases de FEN. Un ejemplo de cómo Alexander Solzhenitsyn  y Lysensko,  quedan suplantados  por la vanidad de un sabio. Un mal ejemplo ante tanta incertidumbre.

 

17

Una señora con 99 años sale de la UVI. Ha sobrevivido al Covid-19 y una hilera de médicos y enfermeras la aplauden. También a través del telediario miles de ciudadanos, lo hacemos. Malditos PIGS.

 

18

En 1815 hubo una erupción del volcán Tambora, en Indonesia, y al año siguiente en el hemisferio norte nevó en verano. La gente se tuvo que encerrar y Lord Byron se juntó con otros escritores en el lago de Ginebra: de allí sale la historia de Frankenstein. Mientras, en Alemania tienen  que comerse los caballos porque la gente se muere de hambre y un señor se inventa un palo con dos ruedas. Lo llamaron bicicleta. De situaciones así  algo bueno habrá que sacar, dice  Héctor Abad Faciolince, hablando del coronavirus.  Dios te oiga, aunque la bicicleta ya esta inventada.

 

19

Los del barrio de Salamanca, se reúnen por la noche y con música de cacerolas, gritan ¡libertad!, ¡libertad! Warren Buffet preguntado si creía en la lucha de clases, contestó: “claro, la hemos ganado nosotros”. Los del barrio de Salamanca no se han enterado todavía.  Habrá que preguntarle a Manuel Longares que  conoce bien el cogollito.

 

20

En la red un médico indignado cree que el gobierno oculta las muertes del coronavirus. No más aplausos a los médicos dice. A continuación se lanza en una minuciosa (y morbosa) descripción clínica del sufrimiento de una persona intubada. No deja detalle sin precisar,  por escatológico que sea. ¡Para que nos enteremos de la realidad!, dice. Querido colega, me has impresionado. Has conseguido meternos a todos el miedo en el cuerpo. Me recuerda el ¡Viva la muerte! de tan triste recuerdo. También a las calaveras de las cajetillas de tabaco. Me acuerdo de un verso de las cuatro estaciones de T.S. Elliot: “El hombre no puede resistir demasiada realidad”.

 

21

Los virus llevan aquí millones de años. Probablemente desde casi el comienzo de la vida hace cuatro billones de años (4100–4200 millones de años). Mutan mucho pero no cambian. Los cocodrilos aparecieron en la Tierra al mismo tiempo que los dinosaurios y les sobrevivieron. Ni mutan ni cambian. Nosotros llevamos aquí un solo minuto, el ultimo del tiempo geológico. Mutamos poco y cambiamos mucho. El problema parece que es el  cambio. Esta manía tan humana.

 

22

Espero que la “nueva normalidad” no sea tan nueva. Cada vez que se ha querido crear un “hombre nuevo” la naturaleza se ha llenado de fosas comunes...

 

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Y así hasta  la entrada 111 que puedes leer a través del enlace de arriba.

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