Marina Abramović, Premio Princesa de Asturias de las Artes

Marina Abramovic es una artista que ha destacado sobre todo por sus performance. Ahora se le ha concedido en España el el premio Princesa de Asturias de las Artes.
Por si algunos de los lectores no están familiarizados con lo que es una performance de forma resumida se expone de lo que se trata.

Performance es una palabra de origen inglés cuyo significado es obra, representación, o muestra artística.

La finalidad de la performance es poner a prueba al espectador y provocarle. Por este motivo, es importante que la representación se aleje del formato clásico. El actor de estas representaciones es un performer y normalmente interactúa con el público, al cual invita para que participe de la actuación.
La performance reemplaza a la acción para designar las realizaciones públicas que proponen los artistas pertenecientes a corrientes que requieren la presencia de espectadores para llevar a cabo sus obras. Es una forma artística que combina elementos del teatro, la música y las artes visuales.
El término inglés performance es utilizado en las artes visuales, el teatro, la danza, la moda, la industria, el deporte, entre otros para indicar interpretación, actuación, rendimiento o evolución de una actividad.
La performance trabaja en la mayoría de los casos con arquetipos, con fuerzas e imágenes, con informaciones arcaicas que están en el inconsciente colectivo, y eso la lleva a promover una gran reflexión en el público o espectadores.
A continuación transcribo un artículo publicado en hoyesarte.com sobre la artista y los motivos de este premio. Al final del texto hay unos enlaces para ver videos relacionados con Marina Abramovic y su obra.




Marina Abramović, Premio Princesa de Asturias de las Artes


13/05/2021 - hoyesarte.com

Marina Abramović (Belgrado, entonces Yugoslavia, 1946) ha sido galardonada con el Premio Princesa de Asturias de las Artes 2021, según ha hecho público el jurado encargado de su concesión, que destaca en su acta que la obra de Abramović "es parte de la genealogía de la performance, con una componente sensorial y espiritual anteriormente no conocida. Cargado de una voluntad de permanente cambio, su trabajo ha dotado a la experimentación y a la búsqueda de lenguajes originales de una esencia profundamente humana. La valentía de Abramović en la entrega al arte absoluto y su adhesión a la vanguardia ofrecen experiencias conmovedoras que reclaman una intensa vinculación del espectador y la convierten en una de las artistas más emocionantes de nuestro tiempo".

Abramović estudió en la Academia de Bellas Artes de Belgrado (1965-1970) y completó sus estudios de posgrado en la Academia de Bellas Artes de Zagreb (1972). Entre 1973 y 1975 enseñó en la Academia de Bellas Artes de Novi Sad. En 1976 abandonó Yugoslavia y se instaló en Ámsterdam. En esta ciudad conoció al artista alemán de performance Uwe Laysiepen, Ulay, con el que empezó a colaborar explorando los conceptos de ego e identidad artística, las tradiciones de sus respectivos patrimonios culturales y el deseo del individuo por los ritos. Se vestían y se comportaban como gemelos y crearon una relación de completa confianza. En 1988 decidieron hacer un viaje espiritual, The Great Wall Walk, con el que concluiría su relación: ambos caminarían por la Gran Muralla china, comenzando cada uno por el extremo opuesto y encontrándose en el centro para darse un último abrazo.
Según la crítica, el trabajo de Abramović explora «los límites del cuerpo y la mente» a través de performances arriesgadas y complejas en una constante búsqueda de libertad individual. Empezó su carrera como artista de performance en los años setenta. Después de sus primeras actuaciones en solitario, Ritmo 10 (1973), Ritmo 5 (1974), Ritmo 2 (1974) y Ritmo 0 (1974), y tras conocer a Ulay, ideó con él una serie de trabajos en los que sus cuerpos creaban espacios adicionales para la interacción con la audiencia: Relation in Space, Relation in Movement y Death Self. En 1997 presentó la pieza Balkan Baroque en la Bienal de Venecia, por la que recibió el León de Oro a la mejor artista. En 2005 presentó en el Solomon R. Guggenheim Museum (Nueva York) Seven Easy Pieces: en siete noches consecutivas recreó los trabajos de artistas pioneros de la performance en los años sesenta y setenta, además de dos obras propias, Lips of Thomas y Entering the Other Side (1975 y 2005, respectivamente).

716 horas sentada
En el año 2010 se inauguró en el MoMa de Nueva York una gran retrospectiva de su obra que incluyó registros en vídeo desde la década de los setenta, fotografías y documentos, una instalación cronológica con la recreación por actores de acciones realizadas previamente por la artista y la presentación más extensa realizada por Abramović: 716 horas y media sentada inmóvil frente a una mesa en el atrio del museo, donde los espectadores eran invitados por turno a sentarse frente a ella, a compartir la presencia de la artista. En 2013 se estrenó el documental sobre esta retrospectiva La artista está presente, dirigido por Matthew Akers, que fue nominado a mejor documental en el Independent Spirit Awards 2013 y recibió el Premio del Público al mejor documental en el Festival de Cine de Berlín 2012. De esa experiencia surgió la idea para crear el Marina Abramović Institute (MAI), un centro de arte situado en Hudson (Nueva York, EE. UU.) en el que se realizan todo tipo de actos culturales, talleres y exposiciones relacionados con la performance y el arte contemporáneo.
En 2011 estrenó Life and Death of Marina Abramović, con montaje de Robert Wilson, un cruce entre el teatro, la ópera y el arte visual. En 2016 publicó su autobiografía Walking Through Walls (Derribando muros) y en 2018 debutó como directora de escena operística en la obra Pelléas et Mélisande en la Ópera de Flandes. En 2020 estrenó Seven Deaths of Maria Callas, un montaje operístico en torno a la figura de la diva; ese mismo año, la Royal Academy of Arts programó una retrospectiva sobre la obra de la artista serbia que tuvo que ser pospuesta a 2023 debido a la pandemia.
Condecorada con la Cruz de Comendador de Austria y doctora honoris causa por la Universidad de Plymouth (2009), Abramović ha recibido, entre otros premios, el León de Oro al mejor artista en la Bienal de Venecia (1997), el Niedersächsischer Kunstpreis (2003), el New York Dance and Performance Award (2003) y el Cultural Leadership Award de la American Federation of Arts (2011).  

59 candidaturas
Los Premios Princesa de Asturias están destinados, según los Estatutos de la Fundación, a galardonar “la labor científica, técnica, cultural, social y humanitaria realizada por personas, instituciones, grupo de personas o de instituciones en el ámbito internacional”. Conforme a estos principios, el de las Artes se concede a “la labor de cultivo y perfeccionamiento de la cinematografía, el teatro, la danza, la música, la fotografía, la pintura, la escultura, la arquitectura y otras manifestaciones artísticas”.
En esta edición concurrían al galardón un total de 59 candidaturas de 24 nacionalidades. El jurado ha estado presidido por Miguel Zugaza e integrado por José María Cano, María de Corral, Dionisio González Romero, Blanca Gutiérrez Ortiz, Sergio Gutiérrez Sánchez, Lucas Macías, Ricardo Martí Fluxá, Fernando Masaveu, Hans Meinke, Helena Pimenta, José María Pou, Sandra Rotondo, Benedetta Tagliabue, Patricia Urquiola, Tadanori Yamaguchi, Aarón Zapico y Catalina Luca de Tena (secretaria).
Este ha sido el primero de los ocho premios que se conceden este año, en que cumplen su cuadragésima primera edición. En los próximos días se fallarán los correspondientes a Comunicación y Humanidades, Ciencias Sociales, Deportes, Letras, Cooperación Internacional, Investigación Científica y Técnica y Concordia. Cada uno de los Premios Princesa de Asturias está dotado con una escultura de Joan Miró –símbolo representativo del galardón− un diploma, una insignia y la cantidad en metálico de cincuenta mil euros.






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